La normalidad de un nombre

He conocido
a varias personas que se han
suicidado siendo jóvenes.
Varios chicos,
también una chica,
todos en la veintena,
chicos normales
alegres, sonrientes, llenos de vida
hasta que aparecieron
colgados de una viga,
o saltaron por la ventana,
o tomaron más pastillas
de las que su cuerpo 
pudo tolerar.
Chicos normales
con nombres normales
y una familia
de lo más normal;
unos con trabajo,
otros terminando la universidad
o sencillamente viviendo la vida.
Pienso
en todas las veces
que pensé en mi propia muerte
siendo joven;
¿Pero qué coño les pasó a ellos?
Supongo que fueron
hermosas manzanas
con un jodido gusano devorándolas por dentro
en noches
de paredes desconchadas
y cuchillas de afeitar
bajo la lengua;
todos jóvenes
con nombres normales
esfumándose al viento.