del vídeo Beta a manos de VHS,
He sido testigo de la desintegración
del Amstrad por el Spectrum.
He vivido en el imperio Sega
y su declive por la Play Station.
He sido juez en la aniquilación
del casete por el vinilo
y verdugo en la muerte de este
por el Compack Disc.He visto agonizar al VHS
ante la mirada indiferente del DVD,
y a este presentar pleitesía al Blue Ray.
He sentido en mis propias carnes
el temor del CD
ante el nacimiento del MP3,
la reencarnación del vinilo
y el surgir de la raza aria
del televisor de plasma
para aplastar bajo las suela de sus botas
al televisor de tubo.
He, he, he, he.
Escribo esto
en una libreta
para luego pasarlo a limpio
en mi portátil,
el cadáver de mi máquina de escribir
se momifica envuelto en plástico
en algún trastero
bajo capas de polvo y humedad.
Sacamos versiones nuevas
y mejoradas
de cualquier cosa
por absurda e inútil que sea
mientras nosotros
no progresamos;
no avanzamos ni un milímetro,
no somos más
que meros seres obsoletos
en una sociedad obsoleta
de una aun más
obsoleta civilización.
La televisión acabó con el cine
y este, a su vez,
con el teatro.
La gata de la vecina
se ha colado en casa,
acaricio su lomo;
me mira inexpresiva,
es testigo de toda esta tragicomedia
que titulamos vida;
para ella no somos más
que trastos viejos
y espera,
con paciencia,
a que una nueva versión de nosotros mismos
nos borre
de la faz de la tierra.