Cash en la madrugada

Habían follado
durante unas cuantas horas;
ella dormía
solo con unas bragas puestas,
el fumaba
un cigarro —rubio—
y miraba un documental
sobre Johnny Cash
en el televisor
con el volumen apagado,
no quería despertarla;
la luz —azulada—
en las paredes,
el humo —grisáceo—
en el techo,
las sábanas —verdes—
oliendo a sudor,
sus pezones —rosados—,
su bello púbico —negro—, pegado
a sus bragas —blancas—,
sus uñas —amarillentas—,
aplastaron la colilla
en el cenicero lleno de ceniza —en escala de grises—,
algunas colillas tenían marcas de pintalabios —rojo—
en las boquillas.
Se tumbó
y encajó su polla —amoratada—
entre los glúteos —pálidos— de ella,
olió su pelo —castaño—;
la erección no tardó
en volver de nuevo.
Los colores
dejaron de tener importancia.