Arrogante engreído

Hace más de un año y medio que no trabajo, un año y medio de la más pura y dura monotonía; viendo los mismos programas de televisión, comiendo la misma mierda día tras día, cagando con la puntualidad de  un reloj y tomándome la mismas pastillas a las mismas horas y en el mismo orden.
   Pensé que con tanto tiempo libre y sin tener que trabajar me sentiría fresco y desconectado de todo, pero practicar tanto para llegar a ser un viejo arrogante y engreído resulta agotador. Nunca he pensado que llegaría a vivir de mi escritura, pero si hay un dios ahí arriba, ese hijo de puta debería darme un respiro de vez en cuando, o por lo menos apagarme este fuego que me abrasa por dentro. Los jóvenes no leen hoy en día, y los adultos que lo hacen solo leen basura procesada ¿Qué diablos espere entonces ese maldito dios que haga con toda esta mierda? Solo espero que cuando muera, todo cambie y algún chaval encuentre un libro mío por casualidad y diga ¡Joder! Este tío era la polla. 
   Ahora me voy a la cama, hemos tenido que comprar un colchón nuevo para que el dolor me deje dormir al menos unas cuantas horas seguidas por la noche, pero el dolor también forma parte del entrenamiento para llegar a ser un viejo arrogante y engreído, o por lo menos, morir en el intento.