Lo mejor de envejecer es que mi mujer ha aceptado por fin que deje de afeitarme, ahora tengo una barba espesa y canosa pero más dura que un estropajo de aluminio.
Escribo estas líneas acostado en la cama mientras escucho el primer LP de Motörhead, me gusta pensar que lo compusieron mientras yo solo era un triste espermatozoide en los huevos de mi padre; y ese Lemmy sí que era un tío de verdad, sabía lo que quería y no consentía que nadie le hiciera hacer lo contrario. Hay que tener un buen par para vivir así, ¡Puro Rock´&´Roll, nena! Ese Lemmy murió encima de un puto escenario consumido por el Speed y el Jack Daniel´s con Coca Cola, a los setenta años, pero sin parar de darle al Rock hasta su último aliento; es lo que tiene que algo te fluya por las venas, abrasándote los intestinos hasta hacerte cagar puro fuego, o escribir un relato sobre un cantante muerto, acostado en tu cama mientras escuchas uno de sus discos.